Cesar Abraham Vallejo Mendoza.
El escritor y poeta peruano César Abraham Vallejo Mendoza (1892-1938) fue uno de los primeros intelectuales latinoamericanos que visitó la URSS a inicio de los años 30. Como consecuencia de su viaje, publico dos volúmenes de sus escritos, recogidos bajo el título de “Rusia. 1931”. En el año 2003, el escritor peruano Manuel Miguel de Priego Chacón sistematizó toda la publicación periodística del poeta y editó un volumen titulado “Ensayos y reportajes completos” de Cesar Vallejo. De ese tomo, hemos escogido este interesante artículo que entregamos a los lectores de “Pensamiento Comunista”
Ardientes discusiones se han promovido acerca de la naturaleza del arte proletario.
Al criterio leninista y oficial del Soviet que quiere que aquel sea un instrumento del Estado para realizar la dictadura obrera y la revolución mundial, ha sucedido el de Trotsky quien extiende el criterio proletario del arte a más vastos y profundos dominios del espíritu y declara que ningún poeta ruso de la revolución, empezando por Block , ha logrado realizar aquellos trazos esenciales del arte proletario. Con todo, la literatura proletaria, según Trotsky, queda siempre encerrada dentro del catecismo espiritual del Estado Proletario. Se trata solamente de una relativa ampliación de vistas de la posición de Lenin y del Soviet.
Hay un segundo modo de caracterizar el arte proletario. Gorki ha dicho: “El trazo típico del escritor proletario está en el odio activo contra todo lo que de dentro o de fuera oprime al hombre, impidiéndole su libre desenvolvimiento y el pleno desarrollo de sus facultades. El escritor proletario tiende a intensificar la participación de los lectores en la vida, a darles un mayor sentimiento de seguridad en sus propias fuerzas y en los medios de vencer todo enemigo interior y ayudarles a adquirir el gran sentido de la vida y la alegría inmensa del trabajo”.
Como se ve, la posición de Gorki se cofunde con el espíritu de la literatura burguesa, que trata de realizar propósitos literalmente idénticos a los que Gorki asigna, de modo harto genérico y vago, a la literatura proletaria. Gorki no bosqueja el carácter estrictamente proletario del arte en cuestión. Lo que dice de éste, ha dicho del arte burgués los estetas y críticos burgueses de todas las épocas.
Aún no se ha llegado en Rusia a un acuerdo tocante a la literatura proletaria. Los más, no quieren darse cuenta de que el arte proletario no es, en suma, sino el propio arte bolchevique. Una vez más, Lenin tiene aquí razón, y la tiene sobre Trotsky, que pretende, por decirlo así, desviar y dispersar en vagos humanismos, el trabajo del artista proletario, y sobre Gorki que, como escritor, debería ve estos problemas con mayor penetración técnica que los que no lo son.
“Frente a las costumbres burguesas -decía Lenin- frente al arribismo y al individualismo literario burgués, frente al anarquismo aristocrático y a la competencia por el beneficio personal del escritor burgués, el proletariado socialista debe afirmar, realizar y desenvolver, en su forma más completa e integral, el principio de una literatura proletaria. ¿Cuál es este principio? La literatura proletaria debe ser una literatura de clase y una literatura de partido. Ella debe inspirarse en la idea socialista y en la simpatía por los trabajadores, que encarnan y luchan por la realización de aquella idea. Esta literatura fecundará la última palabra del pensamiento revolucionario de la humanidad, por la experiencia y la actividad viviente del proletariado socialista”.
Así pues, la literatura proletaria debe servir los intereses de clase del proletariado y, específicamente, debe enmarcarse dentro de las directivas y consignas prácticas del Partido Comunista, vanguardia de las masas trabajadoras. En otros términos, literatura proletaria equivale a literatura bolchevique. Copnez, delegado de la Internacional Comunista ante el Segundo Congreso Mundial de Escritores Revolucionarios, decía: “El actual periodo de agravamiento de los antagonismos del sistema capitalista, exigen a la literatura revolucionaria hacerse proletaria. Si el escritor no se hace revolucionario por puro afán de publicidad, por pura gana demagógica, a fin de hacerse popular, sino “porque está penetrado de un odio ardiente a la sociedad capitalista y porque está dispuesto a consagrar su talento a la destrucción de esa sociedad” (dos características esenciales del arte bolchevique anotadas por nosotros. C.V.), la lógica de la lucha, la lógica inflexible de su propio esfuerzo hacia la revolución, tiene que conducirlo a la literatura proletaria”